26 de mayo de 2015

soñé Madrid

Caminé por Atocha y Cortezo
hasta ver el Sol, para perderme en Alcalá

Soñé Madrid y caminatas por El Retiro,
escuché acordes de ocaso en Debod
mientras se divertían felices unos sonrientes ancianos
parodiando la purificación del templo del Greco.

La noche me abrazó cálida,
en la primavera madrileña;
un carajillo
y un bocadillo de jamón hicieron las delicias

Amanecí en la calma del domingo
llené mis pulmones de antiguedades y sabores del Rastro
y me perdí en el bullicio
de mares humanos

te busqué en Lavapiés y te encontré,
estabas viviendo Madrid.
Con mis manos tomé tu rostro,
con mis labios sellé la promesa.

Soñé Madrid y fui feliz


19 de mayo de 2015

Sanación.

Una hoja en blanco me invita a confesar
lo que los silencios de la noche
y los pliegues de una cama me piden callar

el deseo y la piel ardidos,
satisfechos, se empiezan a relajar
mientras una sonrisa se vuelve carcajada
y un destello de luz, se transforma en felicidad

los cuerpos tienen memoria, claro...
y
las caricias, tempo;
los besos, ritmo;
y los suspiros, métrica;
y juntos componen una melodía intensa

que sólo nuestros cuerpos enlazados logran ejecutar

¿quién hubiera pensado que el sudor,
combinado con risas y palabras ayudaría a sanar?

palabras con corazón

"Te quiero con toda mi alma y no puedo más que desear que aunque la vida te lleve más y más lejos mío, seas todo lo feliz que puede ser una persona sobre este mundo. Dudo que haya alguien de por aquí que lo merezca más que vos."

Hoy alguien uso esas palabras para referirse a mi. En la intimidad, claro (y allí quedará la identidad de ese alguien). Pero no puedo guardarme la emoción que ese alguien me hizo sentir. 
No puedo, porque cuando te quieren así, no podés más que dar todo de vos para ser feliz. Porque cuando te quieren así, tus cientos de dudas y miedos se desvanecen, y recordás que lo importante es lo que está ahí, siempre. Cerca o lejos, presente o distante, pero está. 
Y si alguien que te quiere así, sabe que te merecés ser feliz, no te queda derecho alguno a dudarlo, ni un instante. Vos, como todos, merecés ser feliz. 
Empezá, antes de que sea demasiado tarde.