19 de octubre de 2010

Soles que salen

Primavera que suave
se asoma sobre las hojas
verdes ya intensas, más no crujientes
de inmensos guerreros
erguidos al viento...

Destello que bañas
luminoso el rostro complaciente
del amante que despierta
abrazado a su afecto, 
prolongando el último bostezo.

Fresca brisa que estremeces,
cual caricia matinal,
hasta el temblor el cuerpo,
hasta la erección la piel
recorres y anuncias la llegada del nuevo día.

Conjúguense y aúnense
con el despertar del febo
que aún tímido intenta adueñarse del cielo
batallando a la negrura,
que no por tosca sino por abundante,
se opone.

Amanece.
Renacen los amantes.
Despiertan con caricias de sol
y comienzan, agitados un nuevo día.

Menuda tarea, sea jueves o cualquiera,
mantener la llama viva
con ayuda de la estación,
que más que a flores
huele a realidad.