En realidad... estaría bueno comenzar no siendo hipócrita.
Ya sé como estás. Claro que lo sé... lo que no sé es si logro comprender la complejidad del como estas.
Duele no? Sentirse humillado, digo.
Darte cuenta de que fuiste ciego... incluso hasta un poco torpe, exponiéndote de ese modo. Culpable también, claro, toda mentira necesita un crédulo para existir. Pero no es mi intención mutilar tu orgullo más de lo que ya está.
Y hablando un poco de ello, que no aprendiste a no tropezar con la misma piedra aún? Porque sabías a lo que te enfrentabas, no podés negarlo. O vas a tratar de negar eso también? Ay ay ay... es así, una piedra que ya te cortó, que ya te dificultó el andar, por qué habría de cambiar su esencia, su función, si es la misma piedra?
Debe tener que ver con ese familiar cariño que los seres humanos demostramos a la autoflagelación. Porque evidentemente, si cuando sabemos que en determinada dirección no nos espera más que pesar, dolor, incomodidad... avanzamos exactamente en esa dirección; tenemos q asumir que nos gusta que nos duela.
ya cansa un poco, además.
Y si, vos disculpame... pero si te pasó una vez, te pasó dos veces... tomaste otro camino, pero fuiste pateando la piedra como para volver a tropezarte... se cae de maduro que te gusta. Te gusta que te duela.
Que extraño placer hallaremos los humanos en llorar, en sentir que el pecho nos oprime.?
Bueno, pero no era para esto que quería escribirte. Te pido disculpas, en realidad, porque en medio de tu dolor yo lo acentúo diciéndote que al fin y al cabo estas sufriendo por tu culpa, y porque vos volviste a elegir mal. Ya sos grande y sabés lo que hacés, o deberías.
Yo en realidad te escribía para decirte que se te hace tarde... que el tren se va.
Si... así que yo trataría de armar la valija, perdonar, perdonarme y avanzar. La vida se va... y no creo que te la quieras perder.
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Cartas a Nadie es una costumbre que tomé desde muy chico, de escribir esas cartas difíciles, duras, con las cosas que muchas veces no me atreví o que quizás nunca tuve oportunidad de decir.
Claro que han sido dirigidas a alguien, no hay modo de que todo el sentimiento vertido en ellas no tuviese alguien que haga las veces de receptor, pero la mayoría nunca vió la luz o ni llego a quienes estaban dirigidas.
el infierno puede ser un paraíso si uno asi lo quiere... y viceversa.
ResponderEliminara veces de la bronca salen las mejores cosas, como este escrito...
saludos
Pero muy bueno, cuanta verdad. Me llego mucho, no me canso de leer los dos ultimos parrafos.
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