hoy los soles no salen
no alumbran
no destellan para mí...
nubes borrascosas se lo impiden
y esa vieja herida ya cicatrizada
con la humedad se resiente ,
arde
y quema desde adentro
aún duele.
abatido el romance se agota en un suspiro,
humillado yace el amante desechado;
los ruiseñores
(pájaros inexistentes quizás?)
nunca cantaron, ni cantarán.
Sólo la lluvia que comienza, agresiva,
a azotar el vidrio aún templado
por el latido que imaginó el despechado,
se oye.
Limpia?
Purifica?
Mentiras. Viles mentiras.
Sólo empeora el cuadro.
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