Caminé por Atocha y Cortezo
hasta ver el Sol, para perderme en Alcalá
Soñé Madrid y caminatas por El Retiro,
escuché acordes de ocaso en Debod
mientras se divertían felices unos sonrientes ancianos
parodiando la purificación del templo del Greco.
La noche me abrazó cálida,
en la primavera madrileña;
un carajillo
y un bocadillo de jamón hicieron las delicias
Amanecí en la calma del domingo
llené mis pulmones de antiguedades y sabores del Rastro
y me perdí en el bullicio
de mares humanos
te busqué en Lavapiés y te encontré,
estabas viviendo Madrid.
Con mis manos tomé tu rostro,
con mis labios sellé la promesa.
Soñé Madrid y fui feliz
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