Una hoja en blanco me invita a confesar
lo que los silencios de la noche
y los pliegues de una cama me piden callar
el deseo y la piel ardidos,
satisfechos, se empiezan a relajar
mientras una sonrisa se vuelve carcajada
y un destello de luz, se transforma en felicidad
los cuerpos tienen memoria, claro...
y
las caricias, tempo;
los besos, ritmo;
y los suspiros, métrica;
y juntos componen una melodía intensa
que sólo nuestros cuerpos enlazados logran ejecutar
¿quién hubiera pensado que el sudor,
combinado con risas y palabras ayudaría a sanar?
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