Hola, ¿como estás?. ¿Cómo te lleva esa nueva vida que emprendiste?...
Qué difícil... tan lejos, tan solo. Yo no sé si podría hacer eso que hiciste, así sin más dejar atrás todo lo que durante tantos años cultivaste para irte en busca de la aventura, de los sueños. Aventura y sueños que en fin no son más que un deseo, porque en realidad no tenes seguridades de que lo que saliste a buscar esté por ahí, exista en realidad. Bueno, quien tiene seguridades hoy en día, ¿no?. Hoy estamos, mañana quien sabe.
Ves, cuando pienso esto logro entenderte (al menos por ese ratito, te entiendo, más no digo que yo pudiese llegar a hacerlo!).
Muchas veces uno llega a sentir que el mundo le queda chico, el mundo en el que se mueve, claro está. Uno se siente asfixiado, encerrado, limitado. No creo que haya peor cosa que sentirse así. No hace falta estar encerrado para estar atrapado, después de todo, nuestra propia mente es la mejor de las prisiones cuando nos juega esos truquitos que sólo ella puede de escondernos del mundo y encerrarnos. Y algo de eso fue lo que te pasó a vos, supongo. Buscabas libertad.
Bueno, ¿y la encontraste?. ¿Valió la pena dejar atrás los años, la familia, los amigos, los afectos, lo de siempre?
¿Viste cuánto que nos aferramos a "lo de siempre"?
A vos nunca te alcanzó lo de siempre...
Bueno, si te hubiera alcanzado, creo que sabemos dónde estarías. Acá, conmigo, con nosotros, con los de siempre. En el pueblo, trabajando, en proceso de edificación de tu casa, de tu propia casa!. Estarías seguro, muy seguro.
Pero no, a vos eso nunca te alcanzó. Es más, creo que poco te importa si la casa en la que estas es tuya o es prestada, o alquilada. Lo que necesitas es ser libre, no dueño. ¿No?.
Yo te entiendo, si, pero no se si me hubiera animado. Viste que uno no tiene miedo de pasar frío si está cerca de su entorno, ahora el frío lejos de casa... es otro frío. Es un frío que asusta.
Bueno, tampoco sos un superhéroe... ni el único que hizo algo así. ¿Sabés la cantidad de incomformistas que han pasado por acá? A muchos no tengo idea de cómo les fue. A otros se que les fue bien, a otros mal, a otros... bueno, les fue.
Igual yo te conozco a vos, por eso te escribo a vos y hablo de ésto con vos. Creo que hablar de ello me ayuda a soñar, a pensar... "y si yo hubiera elegido ese camino, ¿qué sería hoy de mi?"
Por eso creo que quiero saber qué es de vos. Porque yo nunca tuve las agallas de salir a lo inseguro. Acá calentito estaba, estoy y probablemente esté bien.
Por eso, contame, ¿vos como estás?.
Realmente deseo que me respondas que muy bien. Pero, te confieso, y por suerte somos lo suficientemente amigos como para poder hacerlo; hay veces en las que pienso que si me decís que más o menos, o mal, eso me ayudaría a sentirme más contento todavía con mi decisión de no haber salido de acá.
Si, ya se que es muy egoísta, pero es inevitable. A nadie le gusta equivocarse, y además, tenemos esa maldita costumbre de medir nuestros éxitos en base a comparaciones.
Siempre envidie eso de vos. No te importa compararte. Vos buscas la libertad, tu libertad. Y tu libertad no tiene nada que ver con cómo le va a los otros. Ser libre es una decisión personal, una búsqueda constante, un camino incierto, pero totalmente despojado de comparaciones.
Tampoco debe ser algo que uno encuentre. ¿Te imaginás?. Estas parado en una esquina, y del otro lado de la calle, junto a un poste ves tu libertad, cruzás corriendo, la agarras y es tuya para siempre. Qué loco sería! ¿No?
Bueno, basta. ¡Que manera de decir sinsentidos! Vamos a lo importante. ¿Como estás?. ¿Me extrañás?. Yo te extraño mucho... pero me hace feliz que estés buscando tu felicidad. Aunque te extrañe, y te vaya como te vaya.
A ver si me escribís. Te mando un abrazo grande.
No hay comentarios:
Publicar un comentario